"¡No estás sólo en la pista!" - Crisis de Códigos y Replanteos

|

A raíz de la nota publicada en el número anterior, recibí varios comentarios que considero constructivos y que son la inspiración para seguir escribiendo la presente. Desde Copenhague, Dinamarca, Johnny me escribe:
"... he notado que tu articulo principalmente se enfoca en el baile en pareja, no en la relación de la pareja con las demás parejas en la pista de baile. ¿Cómo se traspasa éste enfoque moderno al simple hecho de circular agradablemente por la pista sin bloquear el movimiento de la misma o chocar a otros? ¿Es acaso esto también una responsabilidad compartida por la pareja?..."

Empiezo por la segunda pregunta: El hombre guía el movimiento de la pareja, pero la mujer debe ser consciente del espacio que ella ocupa así como de cuidarse de no golpear a los demás. Ambos tienen una responsabilidad compartida en éste sentido.

El Tango es un baile social en esencia, lo cual implica la existencia de normas básicas de respeto mutuo.

Los cambios de nuestra sociedad se translucen en el Mundo del Tango, el cual no es sólo un ambiente compartido para bailar, sino que implica un concepto mucho más amplio, ya que tiene que ver con una cultura que respeta lo colectivo.

Los códigos de conducta de la sociedad globalizada incrementaron el individualismo, tal como describe Mike Featherstone(1) al fenómeno social que estamos viviendo: "... la cultura de consumo contemporánea usa imágenes, signos y bienes simbólicos evocativos de sueños, deseos y fantasías que sugieren autenticidad romántica y realización emocional en dar placer a sí mismo, de manera narcisística, y no a los otros".

Traducido al baile, es de entender que el que se incorpora al Mundo del Tango, no sólo deba aprender a bailar tango sino modificar ciertas conductas individualistas con las que hoy en día se vive, y aceptar que no sólo se disfruta para uno, sino que también el compartir una pista con el resto de los que bailan.
El respeto mutuo es un principio un tanto olvidado en nuestra sociedad, pero el ser parte de la Comunidad del Tango, nos enseña a moderar nuestro comportamiento.

"Violencia engendra violencia": En contadas ocasiones, no sólo aquellos que se inician son los generadores de éste caos en las pistas. La constante situación de alerta por la falta de seguridad física y el incorrecto desplazamiento de ciertas parejas, genera estrés en algunos bailarines más experimentados, y a veces su afán de bailar los convierte a ellos en lo mismo que ellos desdeñan.
Si no hay lugar, o no es seguro, quizás sea mejor esperar un mejor momento para salir a bailar.

En general, lo más doloroso no es el choque, lo terrible es la falta de reparo, la insensibilidad de que aquel que choca ni se dé por aludido, o que no le importe.

En mi articulo anterior hablaba de las falencias de lo que se enseña y lo que en verdad se usa, ya que en general, lo que se aprende no es práctico al momento de bailar en una pista de baile entre muchas otras parejas.
El movimiento "ideal" desde el torso, la marca por disociación, el aprender secuencias impracticables a la hora de bailar, hacen que el bailarín en muchos casos toque o golpee a la pareja aledaña o corte la circulación de la pista.

En tal caso creo, la falta no es sólo del alumno sino del maestro.
Revertir la situación actual implicará realizar un trabajo más profundo, desde la base. Es decir que, el que enseña debe tener en cuenta la aplicabilidad de lo transmitido, y sobre todas las cosas dedicarle el tiempo no sólo a explicar secuencias y conceptos técnicos, sino también a sembrar conciencia de lo que implica el baile social, y lo importante de cultivar el Tango como encuentro socio-cultural, sin quitarle mérito por eso a lo artístico.

Demás está repetir los códigos de movimiento en pista, pero si creo prudente refrescar la idea de bailar "con-todos", el tratar de moverse al ritmo de la pista, y aún perdiendo cierto carácter protagónico (el "salir a lucirse" tan conocido) poder ser uno mismo y tener personalidad al interpretar cada paso en cada tango.

Bailar Tango, no se trata sólo de lo que se hace en pareja, sino de lo que la pareja como unidad hace con las demás en la pista. Manejarse en una pista implica sacrificar parte de nuestro individualismo en pos del todo-que-baila. Es bailar en una masa en un espacio físico limitado, es bailar para la masa, es bailar y hacer que la masa baile.
Por eso, es que uno debe ser respetuoso y cuidadoso al bailar, ya que cada instante en la pista es irrepetible y esa magia no debe romperse.


Críticas y Comentarios: info@tangocool.com

(1). Featherstone, Mike: Consomer, Culture & Postmodernism, 1990,Sage Public. London,Newburry Park and New Delhi.

0 comentarios: